domingo, 4 de abril de 2010

Panes sin trigo



             A mi me gustaría muchísimo tener un espacio en mi vida, de por lo menos un día en la semana, para hacer lo que llamaría “laboratorio”: un momento para estar en la cocina haciendo cositas ricas, probando recetas, creando. Todavía no he podido organizar ese tiempo. Pero en semana santa, semana de turismo y pascua en que el trabajo se aflojó un poco conseguimos con Anaïs estar un poco más en la cocina de una manera lúdica y alegre, sin que fuera solamente adentro de la rutina cotidiana de almuerzos y cenas.

De ahí salió un PAN SIN TRIGO! Porque no comer trigo no debería ser una preocupación solo de personas con enfermedad celiaca. Ya hemos comido demasiado trigo en nuestras vidas. Son panes, tortas, pastas, masas…Y mucho trigo quiere decir mucho gluten. Mucho gluten es formador de las más distintas alergias, conforme se puede ver en el artículo abajo del site nutrición depurativa.

También está la dieta del grupo sanguíneo (buscar enlace) de la cual me gustan ciertos aspectos. Uno de ellos es que personas que tienen la sangre tipo O no deben comer trigo y derivados.

Pero bueno, vamos a la receta:

2 tazas de harina de arroz integral
2 tazas de harina de arroz blanco (pueden ser las 4 de arroz integral, pero el pan queda más pesado)
3 tazas de fécula de mandioca (polvilho doce, en portugués)
3 o 4 cucharadas soperas de semillas de lino molidas
1 cucharada sopera al ras de levadura de pan
½ cucharada sopera de sal

Mezclar todos esos ingredientes secos y hacer un agujero en el medio. Allí van los mojados:
1 cucharada sopera de aceite
1 cucharada sopera de manteca (para dar un gustito a comida de estancia...)
Agua tibia lo suficiente para amasar (más o menos 500ml)
La masa tiene que quedar un poco más firme que la masa de torta. Se va revolviendo con la mano y después se bate fuerte, también con la mano, por algunos minutos.
Poner para descansar en un lugar calentito de la casa por cerca de 2 horas. Después amasar de nuevo por unos 5 minutos, poner en moldes aceitados y dejar crecer. Llevar al horno caliente. Cuando se desprenda del molde por los costados, está pronto.

Los panes no quedan “inchados” como los de trigo, pero sí con una consistencia suave y esponjosa.

Ahora es sólo salir del “lugar común” – los panes de trigo – y probar!
Para variar se pueden hacerlos dulces, agregando 3 cucharadas soperas de azúcar mascavo y anis, para quien le gusta. También, en lugar de agua, usar un té de stevia bien concentrado. De esa manera tendremos un “pan dulce” apto para diabéticos. 


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