Ya he esperado demasiado tiempo para hacer esa entrada en este blog. El caso de la Familia Borgogno Arce es único en el mundo. Una familia que sufrió los más distintos tipos de represión por el simples hecho de no poder vacunar a sus hijos. Para saber más sobre su história, invito a que visiten su sitio web: www.familiaborgogno.com
Aqui dejo una carta en la cual les agradezco profundamente por haber facilitado el camino para mi familia en Uruguay.
Familia Borgogno Arce, ¡a ustedes todo mi respeto y admiración!
Hola Familia!
Me llamo Verônica Loss, soy brasileña y vivo en
Uruguay hace 4 años. Tengo 2 hijos brasileños, Torquato de 18 años y Anaïs de 14
años que desde su nacimiento nunca fueron vacunados. También tenemos 1 hijito
uruguayo, Simón Ernesto, que hoy tiene 2 años y tampoco fue
vacunado.
Mi esposo Hugo y yo acabamos de enterarnos de la
verdadera historia de ustedes a traves de su sitio web. Desde que llegamos al
Uruguay y fuimos a vivir en Young, departamento de Río Negro, (Hugo es uruguayo
y tiene la família allá) tuvimos algunos problemas para matricular nuestros
hijos en la escuela. Al más grande, que fue a la UTU, le pidieron solamente la
antitetanica. A la más chica que iba a 4º año de primaria le exigieron todo el
carné de vacunas.
En Brasil la cosa siempre fue más sencilla. Los
médicos de salud pública, como acá, no pueden apoyar la no vacunación, aunque
muchos estén de acuerdo con el derecho a la elección. El sistema de enseñanza
pública acepta certificados de médicos privados que dicen apoyar la decisión de
los padres de no vacunar. Y de esa manera nuestros hijos más grandes estudiaron
en escuelas públicas en Brasil.
En Young hubo presión por parte de salud pública y de
la escuela. El hospital nos llamó una cantidad de veces para indagarnos por
nuestra decisión. Llegaron a mandar gente de Fray Bentos para intentar
convencernos. Pero la presión más grande fue por parte de enseñanza. Tuvimos que
escribir cartas explicando por que no vacunamos a los hijos y firmar un termino
de responsabilidad por algo de "malo" que pudiera pasar. Y lo último que
exigieron fue: "Consigan un médico de salud pública que certifique por la no
vacunación de su hija", la más chica, que estaba en primaria. Si no
consiguíeramos este certificado los estudios de ella no tendrian
validez.
Es obvio que nigún médico en Young aceptó. Entonces
colocamos nuestra cabeza para funcionar... Observamos que cuando llevamos
nuestros hijos a control médico en el hospital son niños sanos que llevamos.
Allá nos encontramos con niños mocosos, mal nutridos, febriles, muy enfermos.
Niños en condiciones de salud que los nuestros nunca pasaron. Y fue con ese
argumento que llevé Anaïs a la consulta con la pediatra. Le dije que me gustaría
que ella certificara que veía una niña sana, sin problemas de salud y que sabia
que no era vacunada. De esa manera ella no se comprometería con un apoyo por la
no vacunación y nos ayudaría con nuestras cuestiones. Y ese certificado fue lo
que resolvió nuestro problema.
Pero lo más importante es que en toda esa lucha por
hacer valer nuestra libertad de elección escuchamos hablar de una cierta família
de Colonia que no vacunava a sus hijos, que tuvieron problemas muchos más
grandes que los nuestros, que fueron a la justicia y consiguieron el derecho de
no vacunar. Nos contavan histórias que hoy sabemos que son absurdas, que no
vacunavan por cuestiones religiosas, que eran unos lunáticos que educaban sus
hijos aislados del mundo, que no mandaban a la escuela... pero a nosotros lo que
importava era que, independente del motivo, havian conquistado su derecho a
elegir no someter a sus hijos a un procedimiento médico dudoso, para no decir
dañino. Y fue el precedente de ustedes que nos facilitó el camino, que nos hizo
las cosas más fáciles, a pesar de que no fueron tan fáciles. Pero en la ciudad
no faltava gente (mucha gente!) que nos comparaba a los "locos de
Colonia".
Hoy vivimos en Rivera, frontera con Brasil, y tenemos
a Simoncito, de 2 años. Cuando nació en Young, le quisieron dar las vacunas de
recién nacido y no permitimos. Me hicieron firmar un termino de negativa y
responsabilidad. Ahora, en Rivera, lo anotamos en la guardería y pidieron el
carné de vacunas. Fuimos a la pediatra de salud publica y planteamos lo mismo
que en Young, cuando llevamos a Anaïs. Ella todavía argumentó de las
enfermedades que están por ahí, como la meningites y algunas otras. Le dijimos
que preferimos asumir esa posibilidad de Simoncito contraer esas enfermedades y
cuidarlo bien, que darle las vacunas. Y también, en esa misma consulta,
surgió la história de la "familia de Colonia", y más una vez eso nos ayudó. La
doctora, que se dice "fanática por vacunas", nos firmó un certificado de que
Simón es un niño sano y ella sabia que no era vacunado. Eso fue suficiente para
que él fuera aceptado en la guardería.
Recién hoy nos enteramos de quien es la Familia
Borgogno-Arce. Fue con emoción y con lágrimas que leímos toda su trayectoria en
su sitio web. Porque ustedes tuvieron que pasar por todo ese sufrimiento,
perjuicio, exilio, para que hoy tuvieramos la posibilidad de tener un hijo
uruguayo con 2 años cumplidos sin tomar niguna vacuna. Y es por eso que solo
tenemos que agradecer.
Pensamos que la lucha continúa. Hay muchos niños y
niñas, adolescentes, adultos y personas mayores que son chantajeados,
presionados y obligados a vacunarse por distintos motivos. Sabemos que esas
vacunas hacen parte de un gran negócio entre gobiernos y laboratorios, que la
gran mayoría de las personas cree en el verso de que las vacunas son buenas. Que
hay muertes a causa de vacunas, son tapadas o les atribuyen cualquier otro
motivo. Debemos seguir luchando por la libertad de elección, por la libre
discusión, por un cuestionamiento sobre la real necesidad de las vacunas. Y
pensamos también que seria bueno que nos sumaramos en esa lucha, para unir
fuerzas.
Con mucho cariño y admiración!
Hugo Peña y Verônica Loss
Veronica, infelizmente, não temos ainda o direito de escolher como queremos cuidar da saúde dos nossos filhos! Somos OBRIGADOS a fazer parte do sistema tradicional de saúde, que está há muito tempo em agonia, mas como a corporação médica é muito forte e unida, é difícil derrubá-la do poder. Mas, devagar e sempre, a "medicina alternativa" está retomando seu lugar, principalmente, pq as pessoas não encontram mais uma resposta satisfatória na alopatia e buscam outros caminhos.
ResponderEliminarQuem não quer vacinar tem que assumir essa questão da maneira mais discreta possível e ficar longe de hospitais e postos de saúde, onde acabaremos sendo fisgados pela fiscalização ou "patrulha médica". Mas o caso dessa família foi realmente uma trágica luta pelos direitos e me sinto privilegiada por não vacinar minha filha e até agora não ter tido problemas por essa escolha.
Vou divulgar essa história na comunidade do orkut que tenho sobre vacinas (O lado escuro das vacinas)e também num grupo do yahoo - é uma caso realmente impressionante!
abraços