viernes, 26 de febrero de 2010


Vitaminas, minerales y “pseudo alimentos” industrializados

Ya son muchos los alimentos industrializados con agregados de vitaminas. Vera Falcao, allá en su blog, ya escribió bastante sobre eso. Son muchas las cosas que nos preocupan en esa tendencia: la sobrecarga de sintéticos, principalmente en los alimentos destinados al público infantil, las mentiras prometidas en esas propagandas, como fuerza, energía, vitalidad, viveza, poder de seducción… Eso merece inclusive un analices psicológico al respecto de la mala influencia en la propaganda. Pero así es el marketing y, como todo en la vida, precisamos perder la mirada ingenua y leer las entrelíneas.

Pero nuestra intención aquí es resaltar el creciente uso de vitaminas y minerales sintéticos en la alimentación. El alimento, para ser metabolizado correctamente por nuestro cuerpo, necesita contener todos sus nutrientes. Por ejemplo: la caña de azúcar, además de sacarosa, contiene fibras, hierro y calcio. La industria transforma a la caña en azúcar blanco refinado. Y ese proceso le retira todas las fibras, hierro y calcio, quedando apenas la sacarosa. Al ingerir azúcar, la digestión de esos elementos pide calcio, hierro y fibras y, al no encontrar en el alimento ingerido, son retirados de las reservas del organismo para que se complete el proceso digestivo. Consecuencias: descalcificación, anemia, diabetes, estreñimiento, e de ahí para delante. Eso sucede con todos los alimentos refinados como la harina de trigo, el arroz, etc.

Percibiendo que en las últimas décadas la población en general y, en especial, los niños, vienen padeciendo de las más distintas enfermedades causadas por faltas nutricionales, la indústria decide incorporar vitaminas, minerales y aminoácidos a sus productos refinados. Entonces nos encontramos con harina de trigo enriquecida con hierro y acido fólico, azúcar blanco con enriquecimiento de hierro, leches “fortificadas” con vitaminas A, D, C, hierro, omega 3, alimentos infantiles… ¡La lista es enorme! Siempre me pregunto: ¿para qué tanto trabajo? Refinar, industrializar, colocar vitaminas sintéticas y todavía por en cima crear un fuertísimo esquema de propaganda para que las personas se convenzan de que es necesario comer esas cosas. ¿No seria mucho más simple comer los alimentos de la manera menos procesada posible, donde están todos los nutrientes, sin sacar ni poner? Lo más grave es que esas vitaminas y minerales agregados son todos sintéticos, adquiridos de laboratorios farmacéuticos. Nuestro cuerpo tiene una programación hecha para trabajar con los nutrientes que están naturalmente presentes en los alimentos. Cuando comenzamos a ingerir vitaminas y minerales sintéticos esa programación se deshace y el cuerpo queda “viciado” a sólo trabajar con nutrientes sintéticos.

Entonces, pensemos bien. Comer nescau bola, tody, leche niño con hierro, harinas lácteas, neston, mucilon, cereales matinales nestlé… es lo mismo que ir a la farmacia comprar vitaminas en frasquitos. Existen muchas cosas más sabrosas y naturales para nuestra alimentación.

Verônica Loss

No hay comentarios:

Publicar un comentario